¿Dónde están las carteleras de cine pintadas a mano en la Gran Vía de Madrid?

Otoño, 1993. Taller de pintura cinematográfica de Gaspar Pérez. Barrio de Villaverde Bajo.

En una gélida nave de la calle de Matachel, Cherra Ortega, un estudiante de la Facultad de Bellas Artes, se encarga de montar una tela de lienzo moreno sobre los bastidores de madera.

Comienza a enfondar la tela con temple blanco. Sobre ella traza una cuadrícula, para trasponer mejor la imagen que hay que reproducir, y comienza a pintar a mano.

Observan atentos Paco Postigo y Rafael Carreras, sus maestros del oficio de cartelista.

Será el trabajo que le permitirá independizarse y costearse sus estudios.

Philadelphia es la película que aparecerá en su primer cartel de cine pintado en solitario y será expuesto en la fachada principal del cine Callao.

Todas las estrellas de Hollywood han ido pasando por las telas al temple de este barrio obrero.

Los dueños de los cines Callao, Avenida, Palacio de la Prensa, Palafox, Carlos III y Florida encargaban las carteleras los lunes, basándose en la taquilla que hayan obtenido el fin de semana. Había que trabajar a toda prisa, porque el jueves por la noche debían quedar montadas. Los grandes estrenos eran los viernes.

Cuando se retiraban los carteles, porque había un cambio en la programación, se lavaba la tela para retirar el temple y pintar con cuadrícula un cartel nuevo. Ya no queda ninguno.

El artista Cherra Ortega pasea hoy por la Gran Vía, observando la fachada del cine Callao. Recuerda su primer cartel con una sonrisa en los labios.

Si hay un día simbólico de la muerte del cartel de cine en España fue cuando este cine colocó sus primeras pantallas luminosas.

Recordando a las carteleras de cine, las intervenciones artísticas de Muralmadrid apuestan por un arte que salga a las calles, la galería de arte más grande de la tierra.

Escrito por Virginia Mas